Sabemos que hablar de política, religión e incluso de fútbol, puede causar que nos agarremos de los pelos con los demás. En una conversación civilizada, muchas veces evitamos hablar de estos temas porque, después de todo, uno opina algo, el otro opina algo distinto, y es cuestión de cada uno.
Pero podemos informar nuestras opiniones con datos concretos, con evidencias, y ahí la cosa se pone más interesante. Estas evidencias, sin embargo, no dicen algo por sí solas. Tenemos que trabajar sobre esos datos y analizarlos cuidadosamente para estar seguros de lo que interpretamos a partir de ellos.
En esta línea, me pareció interesante este artículo llamado “Chávez y la mortalidad infantil, o del uso de los datos para probar cosas“, que habla de datos en temas bien escabrosos y sensibles como muerte de niños, Chávez, Venezuela y política pública.