El más importante anuncio científico de febrero de 2016 fue, sin duda, el de la detección de ondas gravitacionales. El 11 de febrero, el Observatorio de ondas gravitacionales por interferometría láser, conocido como LIGO por sus siglas en inglés (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory), confirmó la detección de este tipo particular de onda.
¿Por qué este anuncio fue tan relevante? Fue la primera vez que se logró detectar las ondas gravitacionales. Parece trivial pero, si las detectamos, quiere decir que efectivamente existen. Y no lo sabíamos hasta ahora. Sin embargo, la idea de que debían existir ya tiene 100 años: la Teoría de la Relatividad General que Einstein postuló predice que estas ondas se generan, y en principio podrían medirse, cuando en el Universo ocurren fenómenos que involucran a objetos de mucha masa (pero mucha en serio, como choques de galaxias, agujeros negros que se forman, etc.). Sigue leyendo